jueves, 30 de abril de 2015

Después de 11 años, el elenco de 'Lizzie McGuire' vuelve a reunirse


Carolina de León

Durante la noche del pasado 27 de abril, Hilary Duff (Lizzie McGuire), Lalaine Vergara (Miranda Isabella Sánchez) y Jake Thomas (Matt McGuire) celebraron la reunión subiendo esta foto a la cuenta de Instagram del actor. 

El 12 de enero de 2001 dio comienzo una de las etapas de Disney Channel, con la marca Lizzie McGuire como seña del canal. Con dos temporadas, sesenta y cinco capítulos y una película, Lizzie y sus amigos llenaron de aventuras a los pequeños y no tan pequeños. 

Lizzie McGuire nos cuenta la historia de una preadolescente que tiene que aprender a enfrentarse al mundo y madurar. Tendrá que hacer frente a situaciones locas como 'formas para conseguir ser popular'  o 'salir con el chico de sus sueños'; y a temas serios, como la anorexia y qué hacer con su futuro. Para ello, contará con la ayuda de sus mejores amigos y su familia. 


Recuerda la serie con el primer capítulo Fiesta en la piscina

La televisión, una vía para la creatividad

Sara de León –diplomada en Magisterio, licenciada en Psicopedagogía y Personal Investigador en Formación del grupo de Dificultades de Aprendizaje, Psicolingüística y Nuevas Tecnologías de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Laguna– accedió a participar en una entrevista sobre la influencia de los dibujos animados en la conducta de los niños y niñas de educación infantil y primaria.

Pregunta: ¿Cuál es su opinión con lo acontecido en el caso de Peppa Pig? ¿Es verdad que es incorrecto que los niños australianos la vean?

Respuesta: Desde mi punto de vista, si bien es cierto que los dibujos animados transmiten una serie de contenidos y conductas a aquellos niños y niñas que los ven, también lo es que no son su única fuente de información. Asimismo, también es importante tener en cuenta que, desde un inicio, se les debe hacer consciente a dichos niños y niñas del desajuste que normalmente existe entre lo que se representa en los dibujos animados o series infantiles y la realidad. 
Por tanto, más allá que censurar un capítulo o un programa de televisión, con un contenido que, considero, no es inadecuado para niños de estas edades (entendiéndose niños de Ed. Infantil o primeros ciclos de Ed. Primaria), es responsabilidad de los padres y de la escuela, informar a los niños de los peligros de su entorno, en este caso, se les debe informar de que las arañas son venenosas; así como del desajuste con la realidad que está inmerso en el mundo de la animación.
Podemos aportar otros muchos ejemplos de este tipo de representaciones animadas irreales tales como todos los dibujos de superhéroes (Spiderman, Las Tortugas Ninja, Batman…), dibujos con seres mitológicos o irreales (Los padrinos mágicos, Doraemon, Monster Hight…) o dibujos acerca de niños con grandes habilidades como puede ser Jimmy Neutron o Phineas y Ferb. 
Por tanto, concluyo, con que no se trata tanto de la influencia que pueda tener la televisión en los niños y niñas, sino del uso que se hace de esta herramienta. Así, si hacemos conscientes a los niños de que se trata de ficción y de que muchos de los contenidos son irreales, nos servirá como una herramienta que estimule la imaginación y la creatividad; sin embargo, si simplemente bloqueamos estos contenidos irreales, pretendiendo que la televisión o los programa que se emiten en ella, se ajusten a la realidad, será un simple medio de transmisión de información, como puede serlo una enciclopedia.

P: Actualmente, hay series como Looney Tunes que se están replanteando eliminar de la emisión, por ser demasiado violentas, cuando antes eran series infantiles normales ¿Qué opinas de eso?

R: Me remito al mismo argumento utilizado en la cuestión anterior. Los conflictos existen, las disputas, los enfrentamientos, las guerras… y todos los sinónimos que se nos puedan ocurrir al respecto ocurren diariamente a nuestro alrededor; en nuestra casa, en el colegio, en nuestro barrio, en nuestro pueblo, en nuestro país o en el país de al lado, y así podríamos continuar. Por tanto, los niños y niñas están diariamente rodeados de situaciones agresivas, situaciones que tienen que aprender a resolver de la forma más asertiva posible. De este modo, nos planteamos ¿cuál es la mejor manera de enseñar a los niños a afrontar este tipo de situaciones? Pues bien, al igual que antes, planteo la televisión como una herramienta. 
Si prestamos atención y analizamos la mayoría se las series con detenimiento, todos ellas suelen emplear dos personajes principales, dónde uno adopta el papel de “bueno” y el otro el de “malo”. Podemos observar como siempre “gana” el “bueno”, lo cual ya está transmitiendo un mensaje, y es que la violencia no lleva a ningún lado, y mucho menos la violencia gratuita. Obviamente se transmiten otros muchos mensajes, dependiendo de la serie de la que estemos hablando,  pero, concretamente en este caso, cuando vemos al correcaminos y al coyote, observamos que el coyote, por mucho que lo intente, siempre pierde, cuando el Pato Lucas quiere ganar a Bugs Bunny haciendo trampas, también pierde, o cuando Elmer el Grunón persigue al Pato Lucas, y así muchos otros ejemplos, donde el “mal” nunca triunfa. 
Por último quiero remitirme al Pato Lucas, quien en ocasiones adopta el papel de “villano” y en otras el de “héroe”, lo cual trasmite a los niños y niñas, que nadie es totalmente malo o bueno, sino que esto depende de sus acciones. 

P: ¿Qué consideras acerca de que se emitan en horario infantil series de dibujos para adultos?
R: Como sabemos, la legislación española ha establecido una franja horaria de protección, entre las 6.00 y las 22.00 horas, durante la cual, las televisiones no pueden emitir contenidos que perjudiquen el desarrollo de los menores de 18 años. Esta franja se ha reforzado entre las 8.00 y las 9.00 de la mañana, y entre 17.00 y las 20.00 horas, los días laborables. Durante los fines de semana y festivos de ámbito nacional, la franja de protección reforzada empieza a las 9.00 de la mañana y se prolonga hasta las 12.00 del mediodía. En estos tramos horarios tan solo se pueden emitir contenidos aptos para menores de 13 años.
Manteniendo como referencia lo establecido en dicha legislación se debería consultar los rangos de edad para los cuales se diseñan, no solo los dibujos animados, sino toda la programación que se emite, principalmente en las franjas horarias reforzadas, que son las que más audiencia infantil presentan.

P: ¿De Bob Esponja, que puede ser muy específico en los detalles más desagradables? ¿Y de Hora de Aventuras?
R: Manteniendo un lazo de unión con lo expuesto en las cuestiones anteriores, considero que se debe valorar la edad para las cuales han sido diseñados estos dibujos animados, pues, llegados a este punto, no está de más recordar, que no todos los dibujos animados están diseñados para espectadores menores de edad. Asimismo, si cumple con los requisitos de edad, mantengo la opinión establecida en las cuestiones uno y dos, en las cuales argumentaba la importancia de utilizar la televisión como herramienta. 
Por supuesto, siempre queda la opinión personal de los padres de cada uno de los menores afectados, los cuales tienen la potestad de decidir si sus hijos pueden ver o no determinados canales o programas de televisión. 

P: ¿Qué opinas de las series de TV que se emiten en Disney Channel?
R: En Disney Channel se emite una gran variedad de series infantiles y juveniles, matiz que debemos tener en cuenta, pues hay una gran diferencia madurativa de un rango de edad al siguiente. Dentro de esta gran versatilidad de programas habrá algunos más adecuados que otros dependiendo del objetivo se busque. Sin embargo, considero que, de forma general, los programas están adaptados para menores de 13 años.

P: ¿Qué opinas de la estética que se está utilizando para estas series?
Al igual que en la pregunta anterior, hablar de “las series de Disney Channel” de forma genérica, hace referencia a un concepto demasiado amplio, debido a la variedad de programas que se emiten en este canal. Sin embargo, de forma general, se trata de series lúdicas, con un alto contenido humorístico y creativo, donde no se evidencian contenidos no aptos para menores, como pueden ser escenas violentas o sexuales.

P: ¿Qué diferencias encuentras con las emitidas para otras generaciones? ¿Los valores son los mismos?


R: Es muy frecuente oír expresiones tales tales como “en mi época era diferente”, “los dibujos de hoy en día no son como los de antes”… Pero, realmente no hay tantas diferencias. Hace 15 años veíamos  dibujos como Heidi, Marcos, El Inspector Gadget, Bitelchus, Rugrats… y series como Al salir de clase, El Príncipe de Bel-Air, Sabrina, Dinosaurios, Salvados por la campana, La niñera…
Pensemos un minuto en estos programas, y ahora en los programas que ven nuestros hijos, sobrinos, hermanos… entonces diremos, los dibujos de hoy en día son asquerosos pero ¿qué era Bitelchus?, no son realistas, pero ¿acaso lo era el Inspector Gadget?, o, en el caso de las series, ¿qué contenidos nos enseñaba el Principe de Bel-Air? o ¿qué realismo había en Sabrina? Desde mi punto de vista, no son tantas las diferencias, la cuestión radica más en que ahora, como adultos, vemos las cosas desde otra óptica, actualmente pensamos en su influencia y somos más críticos, cosa que probablemente, antes no hacíamos, nos limitábamos a pensar, ¿me gusta? ¿me entretiene? Sin llegar más allá.
Finalmente, no debemos olvidar que uno de los fines de los medios de comunicación es el de ser una fuente de entretenimiento, y que somos nosotros como usuarios quienes decidimos qué ver, teniendo la potestad de desestimar un programa o un canal a favor de otro.


P: ¿Debería existir un código deontológico para la creación de series de tv infantiles o basta con la clasificación por edades?
R: Como sabemos, en España, al igual que en otros países, existe una clasificación de la programación atendiendo a las edades a las que va dirigida. Dicha clasificación no es arbitraria, sino que debe cumplir una serie de criterios, así, por ejemplo, si hablamos de programas para menores de 6 años, deben ser programas que no asusten a  los niños, como es el caso de  Dora la Exploradora; si nos referimos a programas  diseñados para niños de siete años en adelante, estos pueden incluir humor crudo, sugerente, violencia de fantasía leve… como puede ser “El laboratorio de Dexter”, y así sucesivamente… Por tanto, no creo que sea necesario algo tal como un código deontológico, sino que tal vez se debería especificar en mayor medida las características de los programas de televisión en función a los rangos de edad para los que están dirigidos.
Asimismo, es importa tener en cuenta que se dispone del control parental, de modo que se pueden bloquear en las televisiones determinados canales, si se considera que no son adecuados para los niños que componen la unidad familiar.

P: ¿Qué clase de influencia está teniendo la tv en los niños de hoy?
R: Es indiscutible que los niños y niñas de las últimas generaciones están influenciados en mayor medida por la televisión. Sin embargo, desde mi punto de vista, esto no se debe a la televisión en sí misma, sino al tiempo que invierten en contacto con la misma.
Años atrás los niños pasaban más tiempo interactuando con sus iguales, se podía jugar en la calle, se tenían más hermanos y primos… sin embargo, cada vez la unidad familiar es más reducida, estar en la calle o en la plaza no es tan seguro, vivimos en casas más pequeñas, ambos padres trabajan… una serie de condicionantes que han generado un cambio evidente en nuestro estilo de vida y en las actividades que empelamos como pasatiempo. 

P: ¿A qué edad recomendarías que empezaran a verla?
R: Considero que la edad en la que se inicia el contacto con la televisión no es el problema, insisto en que es una buena herramienta y pasatiempo para los niños y niñas. El problema de la televisión viene más ligado al tiempo que se invierte en la misma y a la selección que se hace de la programación con la los niños están en contacto.

jueves, 23 de abril de 2015

¿Es ‘Peppa Pig’ una buena influencia?

Peppa Pig en ‘La tela de araña’/ AstleyBaker Davies
Un capítulo sobre la protección de la fauna se considera inadecuado para el  público infantil.

Carolina de León

En la cadena pública de Australia, ABC, se censuró uno de los episodios de la serie infantil ‘Peppa Pig’, ‘La tela de araña’, porque consideran que su mensaje no es correcto. El contenido del capítulo consiste en mostrar a los arácnidos como seres inofensivos, que los niños deben respetar en lugar de temer. Como en Australia se pueden encontrar algunas de las arañas más peligrosas, se tomó la decisión de prohibir el capítulo, pero, ¿era realmente necesario? ¿Es moralmente correcto censurar un capítulo por esa razón?

Sara de León –diplomada en Magisterio, licenciada en Psicopedagogía y Personal Investigador en Formación del grupo de Dificultades de Aprendizaje, Psicolingüística y Nuevas Tecnologías de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Laguna declara que no. Establece que las series infantiles trasmiten unos contenidos y conductas a los espectadores, pero que “no son su única fuente de información”, por ello De León manifiesta que “se les debe hacer conscientes a dichos niños/as del desajuste que normalmente existe entre lo que se representa en los dibujos animados o series infantiles y la realidad”.  En lugar de aplicar todas las culpas a las series de televisión, los padres deberían reflexionar con ellos acerca de los peligros del mundo, y las diferencias entre la realidad y la ficción. Según la investigadora, los niños deben reconocer los contenidos que son pura ficción y aprender a sacarle el correcto provecho, gracias al apoyo de sus padres.

Pero, no se trata de un caso aislado. Looney Tunes, una serie de dibujos apreciada por generaciones desde 1930, ha recibido críticas, siendo catalogada como ‘inadecuada’ para los niños debido al uso de la violencia. Ante eso, De León afirma que “los conflictos existen, las disputas, los enfrentamientos, las guerras, y todos los sinónimos que se nos puedan ocurrir al respecto suceden diariamente a nuestro alrededor (…) Por tanto, los niños/as están diariamente rodeados de situaciones agresivas, situaciones que tienen que aprender a resolver de la forma más asertiva posible. De este modo, nos planteamos ¿cuál es la mejor manera de enseñar a los niños a afrontar este tipo de situaciones? Pues bien, al igual que antes, planteo la televisión como una herramienta”. Por ello, no se les debe mostrar un mundo completamente perfecto, porque no es real. La propia serie establece unas lecciones morales, acerca de lo bueno y lo malo, lo que es correcto y lo que no. La investigadora muestra el siguiente ejemplo: “Podemos observar cómo siempre ‘gana’ el ‘bueno’, lo cual ya está transmitiendo un mensaje: la violencia no lleva a ningún lado, y mucho menos la violencia gratuita. (…) Cuando el Pato Lucas quiere ganar a Bugs Bunny haciendo trampas, pierde, o cuando Elmer el Gruñón persigue al Pato Lucas, y así muchos otros ejemplos, donde el ‘mal’ nunca triunfa.  Por último, quiero remitirme al Pato Lucas, quien en ocasiones adopta el papel de ‘villano’ y en otras el de “héroe”, lo cual trasmite a los niños/as, que nadie es totalmente malo o bueno, sino que esto depende de sus acciones”.


Datos  sobre la influencia de la televisión en los niños1:
  •            El 22,2% imitan escenas de acción.
  •            El 74% lo utiliza como herramienta en su vida social.
  •            El 66,7% lo utilizan para crear juegos.
  •            El 40,7% les sirve para aprender juegos.

1: Investigación de María del Mar López Talavera –Docente-Investigadora de la Facultad de Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid– sobre la “Influencia de la televisión en niños y Preadolescentes: aspectos deontológicos y Psicosociales”.



Al ver que las dudas permanecen, tanto en series de televisión de antaño, como en las actuales, lleva a la cuestión de si realmente son tan diferentes. Aparte de la calidad gráfica y sonora, ¿ha cambiado el contenido? Sara de León aclara que no. Cuando establecemos una comparación, se llega a la conclusión de que pueden ser asquerosos o irreales, pero, “¿qué era ‘Bitelchús’?”, cuestiona la investigadora, “¿’El inspector Gadget’?”, “¿’El príncipe de Bel-Air’?” o “¿’Sabrina’?”. Para De León, la principal cuestión surge de que, al crecer, los adultos tienen otra óptica acerca de los contenidos que se ven en pantalla, una que cuando eran pequeños no tenían y que los niños de hoy tampoco. 

Ante el tema de las series de televisión de antaño, surge una duda ¿La estética influye en los niños? ¿Puedes mostrarles cualquier contenido con tal de que el dibujo sea bonito? Según De León, dependiendo de la edad del niño, le interesarán unas series u otras, desde el punto de vista estético. Por ejemplo, ‘Peppa Pig’ o ‘Pocoyo’ atraen particularmente a los más pequeños. Se debe a que son mucho más simples gráficamente. El niño no se pierde en grandes detalles. Cuanto más simple sea el dibujo, más lo disfrutará. Luego, según madura, va requiriendo entretenimientos más complejos, lo que implica mayor calidad en el dibujo y en la trama, es decir, una mayor calidad de estética y de contenido.

La labor de los padres
En 2012, el psicólogo Aric Sigman publicó un estudio que demuestra que los niños menores de 3 años no deberían ver la televisión. Su aparición se dio en la revista médica Archives of Disease in Childhood. 
Los tres primeros años son especialmente importantes para el desarrollo del cerebro. Por ello, los infantes deben interactuar con sus padres y su entorno, no con una pantalla que no responde a sus necesidades sociales. El superar las dos horas al día tiene relación con enfermedades como la obesidad o problemas cardiacos a largo plazo.
Según Sara de León, el principal problema no está en ver la televisión en sí, sino en el tiempo que invierten en ella. Juan José Morell, pediatra de INSALUD, y Josep Bras, pediatra en el Instituto Catalán de la Salud establecen que no se debería ver la televisión más de una hora al día y que debería aprovecharse como un ejercicio familiar.

¿Es necesario un código deontológico?
Ante esta pregunta, De León ha recalcado la importancia de dos puntos:
Primero, que la legislación española establece que existe una franja horaria de protección, que va desde las 6.00 a las 22.00. Durante ese tiempo no puede ser emitido ningún tipo de contenido que pueda alterar el desarrollo de los menores.
Segundo, que existe la clasificación por edades, la cual “no es arbitraria, sino que debe cumplir una serie de criterios”.
Por ello, con esas medidas, “no creo que sea necesario algo tal como un código deontológico, sino que tal vez se debería especificar en mayor medida las características de los programas de televisión en función a los rangos de edad para los que están dirigidos”.
De todas formas, también existe el análisis realizado por las figuras paternas, las cuales pueden disponer del control parental “si se considera que no son adecuados para los niños que componen la unidad familiar”.

miércoles, 15 de abril de 2015

Y la artista sin remedio, voló

Carolina de León

Elvira Piedra Vera, artista icodense, estudiante de tercer año de Bellas Artes en la Universidad de La Laguna, se define a sí misma como "una mezcla sin definición entre morbo, maldad y buena voluntad, y arte...mucho arte". El equipo de Bárbol le ha realizado una entrevista en los interiores de su facultad. 

¿Te consideras una artista amateur o profesional?
Todavía me queda mucho camino que recorrer, muchos años también. Creo que sigo siendo amateur, no salgo de eso, pero me gusta, porque profesional es como Aquí estoy yo y todavía es un poco en plan voy haciendo mi camino. Un poco con la poesía, la fotografía y la ilustración y, bueno, dejándome ver. 


¿Qué clase de planes profesionales tienes?
Pues seguir estudiando, la verdad. Llevo dos de bachiller de artes y tres de Bellas Artes aquí en la facultad, pero todavía queda mucho camino por recorrer y yo quiero, además, hacer diseño publicitario.
Quizás también apuntarme a alguna academia de arte por las tardes porque, realmente, está bien estudiar Bellas Artes, pero no te lo dan todo. A la hora de reducir horarios, materias y meter humanidades con bellas artes, las asignaturas que realmente son valiosas, como pintura o escultura, que te hacen falta para hacerte un artista total, tienen, a lo mejor, seis horas a la semana. Encima es trabajo también por la tarde, porque en dos horas no te da tiempo para pintar un cuadro. Yo he hecho dibujos en los que he gastado diez horas y, todavía, hacía falta más para que fuera un trabajo realista de verdad. Nosotros vamos a acabar la carrera y los profesores incluso lo dicen, que no podemos llegar a ese nivel porque no tenemos tiempo. 


¿Empezaste este desarrollo de niña con algún arte en particular o fue más adelante?
Desde chiquitita. Mi madre siempre me ha dicho que en prescolar la profesora decía que esta niña iba para algo de arte. Yo tengo un recuerdo muy claro de un compañero sentado enfrente mío. Creo que estábamos pintando una casita con ceras y yo me picaba con él ¿Por qué él pinta tan bien y yo no? Y me ponía ahí, a gastar las ceras porque tenía que terminarlo antes que él y pintarlo mejor que él, ¿sabes? Súper competitiva. Y, desde pequeñita, sí, rellenando libretas. Que si diseños de vestidos, que si muñequitas y de todo. 
La verdad es que nunca estuve apuntada en ninguna escuela de pintura. En cambio sí estuve en música y en deportes. Para mí dibujar era expresarme y liberarme. No tenía por qué decirme nadie que hiciera nada. Quería hacer lo que yo quisiera y cuando yo quisiera. 
Mi padre también me machacaba mucho porque él también va por la rama de arte. Yo siempre he dicho que soy como una copia de mi padre, pero él no pudo estudiar Bellas Artes y yo estoy en ello. 


¿Qué técnicas y recursos priorizas? ¿Tus favoritas?
Desde siempre me ha gustado el dibujo rayado. Soy mucho de tinta china. Me encanta usar la plumilla, el pincel y hacer manchas. Por ejemplo, hacer una figura y manchar solo las sombras de la misma, de forma que lo veas de lejos y ya sepas qué es. Aparte, linear. Me gusta mucho utilizar pastel y ceras, que tengo unos bodegones impresionantes. Las acuarelas también.
Recuerdo, de pequeña, que como no había dinero para otra cosa, me compraron las acuarelas de los chinos. Y, como dibujaba en papeles normales, el papel se acababa arrugando. Me acuerdo que una vez hice sesenta dibujos, treinta para niños y treinta para niñas del CEE Inés Fuentes, en un fin de semana. 
Me encantan las técnicas rápidas de acuarela, tinta china, utilizar plumilla, que desde que empecé a utilizarla fue como ya está, afianza esto. Bolígrafos también. Y, sobre todo, lápices de colores. Porque el óleo no me gusta. Soy una persona que se desespera. Tengo que esperar a que se seque para poder seguir pintando en él. Me agobia. 
También utilizo acrílico, para cuadros, pero me gusta más la ilustración en papel que en un cuadro. Aparte, es más barato. 

¿Cuáles son tus influencias artísticas?
Alguien que me influye mucho y que me encanta es Frida Kalo, por su fuerza como persona y por haberse mantenido siempre activa. Ella estaba, en ese momento, con Diego Rivera, y él era reconocido. Por ello, siempre le hacía sombra. Pero Picasso, le llegó a decir a Rivera: ni tú ni yo podemos hacer lo que hace Frida. Al final, sus últimos años también escribió poesía y dejó un poco la pintura.
Yo me siento identificada con ella por el sentido de que yo me muestro como soy y ella hacía lo mismo, a partir de sus sueños. También el hecho de que utilizaba la poesía y yo también soy muy poeta. 


¿En qué te inspiras a la hora de trabajar?
En mí misma. En mis momentos, en mi pareja, en personas que me han llegado. Por ejemplo, tengo un dibujo de una amiga, que tiene un blog de poesía, la cual me llamaba 'la musa peliazul'. Fue una persona que me llegó y ayudó mucho en ciertos momentos de mi vida.
Su retrato es sencillo. Se trata de un folio en blanco, bolígrafos azul y negro. Y cualquiera que lo ve piensa "es ella". 

¿Algún episodio en tu vida ha sido determinante para tus trabajos?
Sí. Yo de pequeña, aun siendo la cosa loca que yo era, estaba muy cohibida. Vivía en un pueblo pequeño, en el que todo el mundo te juzga. Me contenía mucho simplemente por el hecho de no darles razones para que hablaran de mí. 
Cuando llegue a aquí, me desaté un poco. Venir aquí me hizo sentir libre. Pensé aquí, vuelo
Me hice muy liberal, bueno y se lo mostré al mundo. En los temas tabú sobre todo. La gente todavía tiene miedo de decir sexo, por ejemplo.
Hago tantos desnudos porque las mujeres y los hombres somos hermosos así y, de hecho, si te quitas la ropa, ¿qué hay detrás? Es como decir, ¿te enamoras de una persona por el físico y no por el alma? ¿O por la mente? Si quieres a una persona la quieres tal cual.


¿Tienes alguna temática clave en tus obras?
Sí. Las parejas y su sexualidad; el amor; y las chicas solitarias, las chicas yo. Estoy intentando que sean un poco yo. Cada artista pone siempre algo de sus rasgos en su propia obra. Es como un mensaje subliminal.
Todos tenemos una cara bonita, unos rasgos auténticos, y me gusta intentar captar eso. 
Yo no tengo una línea definida de trabajo. Está Albert Soloviev que se dedica a dibujar chicas tristes. Sara Herranz me produce una confrontación interna, me gusta y me disgusta al mismo tiempo. Sus ilustraciones son en fondo blanco, siempre chicas modernas. Paula Bonet, es como yo, muy rallado, y le mete color. Cuentan cosas, aunque sea solo una imagen. Puedes verla, sentir y pensar acerca de ella. También identificarte o no, que es lo más importante.  


¿Cómo tratas el arte de la fotografía?
Siempre me ha gustado la fotografía, aunque no tanto como el dibujo. Fue algo más en la adolescencia, realmente. Fue en esa época en la que gané mi primer premio de fotografía. 
Me gustaba mucho sacar fotos a los detalles. Cosas que pasamos todos los días desapercibidas, sin darnos cuenta de que son cosas extravagantes y que tienen su propia belleza. 
Me presenté al premio de San Andrés de 2009. Tenía las uñas y los labios pintados de rojo. Cogí una copa de vino, el cual rellené de vinagre -¡y apestaba lo que no está escrito!-. Me la puse en los labios y con la otra mano me saqué la foto. La llevé a imprimir y, más adelante, fui a la galería de arte, que nunca está abierta. Hay muchas exposiciones ahí pero no se puede acceder. Tenemos una casa museo que siempre está cerrada y con decenas de habitaciones que se pueden utilizar. De Icod salen muchos artistas. De hecho, el tercer sábado de cada mes se reúnen pintores en la plaza de la Pila a trabajar, y hay verdaderos artistas. 
Volviendo al tema del concurso, había fotos profesionales de la gente arrastrándose con las tablas. Yo presenté dos: una de las ruedas en la calle y la de la copa de vino.
Al anunciar los premios dijeron las fotos están calificadas. La foto del primer caballete es la ganadora y era la mía. No me lo podía creer.  Se me acercó Jaime Huerta a felicitarme, para preguntarme con qué cámara la había sacado. 
Luego me motive y seguí con ello. Me reuní con una fotógrafa y empecé a sacar fotos con ella; me prestaba su cámara de vez en cuando. 
El tratamiento de la foto, como decía, me dedico mucho a los detalles, pero me estoy introduciendo en los retratos. Me gusta más que una fotografía de moda, porque quiero captar a la gente sonriendo o llorando. Me gusta captar el ambiente. También me atrae el blanco y negro, aunque me gusta el color en determinadas fotos. Por ejemplo, en un amanecer, o las flores a través del sol. Son cosas que nos dan vida y alegría. 


¿Y el literario?
Yo siempre he escrito, sobre todo pensamientos, pero nunca me había atrevido a publicarlos. Tuve una amiga que me motivo a volver a escribir. Por ello empecé a publicarlo en Facebook. Comencé a recibir la respuesta de diferentes usuarios. Luego empecé con Tumblr, y preferí seguir con el blog de 'La chica de las letras tatuadas'. Habla de mí, de lo que no digo a la gente, las cosas que me hacen sentir las personas con las que estoy o las que me dejaron. Sobre todo hablo de desamor, destrucción, medias, carmín por bandera y cosas así. Me gusta mucho dar la guerra y pintarme los labios de rojo. Soy una mujer muy guerrera y me gusta decir aquí estoy yo, nadie me va a domar, yo soy libre. Mis medias y mi pintalabios son mi seña. 
Soy un poco una chica Sabina, escribo lo que me apetece en el momento y lo que no, ahí se queda. 


¿Cuál es tu objetivo con las redes sociales?
Realmente, no se organizarme. Estaría genial hacer una página de las tres cosas, pero, ¿qué pasa? Habiendo tanta variedad la gente no sabe buscarla, o no le atrae tanto. Pero teniendo tres diferentes, la gente va a la que le gusta. En Facebook, a lo mejor, no te leen tanto como pueden leerte en un blog, o al revés. Depende de la página, tal vez te buscan más o te llama más la atención.
La cuestión es darme un poco a conocer, a ver si cae oro del cielo, cosa que ha pasado. He tenido mucha suerte últimamente. Repito, la cuestión es darme a conocer. Siempre he tenido ambiciones de llegar alto. Así que, aunque me cueste, quiero hacerlo. 

Si quieres conocer los trabajos de Elvira Piedra Vera, encuéntrala en sus redes sociales. Son Facebook, Twitter, Tumblr y Blogger.